EN MIS RECUERO
En mis recuerdos se me queda la imagen de una dolorosa que camina sola en la noche del martes santo ,buscando a un hijo clavado en el madero de la cruz rogando por Espartinas y por su gente.
Que con solas unas gotas de lágrimas te consuelan y con un paño te secas tus lágrimas que caen de tus lindos ojos, al ver a Espartinas con tu gente.
Con esos ojos que lloran y lloran por el luto de tu hijo muerto en el madero de la cruz bajo la luz de la luna que cubre el cielo de Espartinas.
Que tu gente te acompañan con túnicas negras, penitentes que piden por sus familiares, con un costal, con gramáticas luciendo la noche del martes santo y que detrás de tu manto la gente te acompañan en tu soledad.
¡Gente que te acompañan el domingo de resurrección y que viven la gloria de tu hijo resucitado que hací prometió a Espartinas.
y una vez más las puertas puertas de la parroquia se abrieron para revivir la sagrada resurrección de Jesús que había descendido desde el madero de la cruz.
María ya no llora lágrimas de dolor sino de gracia y esperanza que las flores aguardan en su paso de gloria.
¡Y hací fue!
Un año más te vi por tus calles sonriendo como un clavel iluminada por el cielo teñido de azul y verde esperanza. haciendo brillar tu dulzura.
¡En ese recuerdo!
De cuando tu gente te recibía con peta-ladas y peta-ladas de flores.
¡Con esa remira!
Que marcha tras marcha te metías en tu parroquia paro que antes no te querías ir sin despedirte de tu gente.
Que tu gente te acompañan con túnicas negras, penitentes que piden por sus familiares, con un costal, con gramáticas luciendo la noche del martes santo y que detrás de tu manto la gente te acompañan en tu soledad.
¡Gente que te acompañan el domingo de resurrección y que viven la gloria de tu hijo resucitado que hací prometió a Espartinas.
y una vez más las puertas puertas de la parroquia se abrieron para revivir la sagrada resurrección de Jesús que había descendido desde el madero de la cruz.
María ya no llora lágrimas de dolor sino de gracia y esperanza que las flores aguardan en su paso de gloria.
¡Y hací fue!
Un año más te vi por tus calles sonriendo como un clavel iluminada por el cielo teñido de azul y verde esperanza. haciendo brillar tu dulzura.
¡En ese recuerdo!
De cuando tu gente te recibía con peta-ladas y peta-ladas de flores.
¡Con esa remira!
Que marcha tras marcha te metías en tu parroquia paro que antes no te querías ir sin despedirte de tu gente.
Francisco José R.G.
26 de Abril del 2010
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